En lo que va de la semana, diferentes puntos del país han sido foco de concentración de ciudadanos y ciudadanas que consideran que lo que ocurrió el 22 de junio pasado, en Paraguay, fue un vil golpe de estado perpetrado por el Congreso Nacional.
Unas 4000 personas se concentraron bajo el pedido común de “¡Dictadura nunca más!” en el puente de la Amistad, de un lado y otro de la frontera con Brasil.
Pablina Parra, del distrito de Limoy II –Alto Paraná– dirigenta de Conamuri, se encuentra en el campamento improvisado que se instaló en la plaza de la Paz, Ciudad del Este. Desde allí marcharon hasta el puente de la Amistad, donde se concentró la protesta contra el gobierno usurpador de Federico Franco, acto que se realizó en solidaridad con varias organizaciones sociales brasileñas.
Ella nos cuenta que muchos de los presentes no eran activistas políticos, sino gente común que entendía, en su simplicidad, que lo que se montó en el país, desde la masacre de Curuguaty –donde murieron 11 campesinos sin tierra y 6 policías– hasta la destitución de Fernando Lugo, fue un libreto aterrador creado por los partidos tradicionales y la clase dominante. “Algunas personas adheridas a la movilización decían que están en contra de su propio partido, colorado o liberal, por haber herido la democracia”, dijo Pablina.
“Por un lado, esto servirá de lección para no ‘dejarse estar’ dentro de los movimientos; es buena la confrontación que se da, porque desde 2008, desde la caída del coloradismo en el poder después de 60 años, volvemos a sentir amenazada nuestra democracia y no dejamos que esto simplemente ocurra; por fin estamos despertando como sociedad. Ya no somos simples espectadores, sino que nos involucramos y esperamos los mejores resultados en esta lucha”, concluyó.
En San Pedro, la situación es un poco diferente porque, a través de los medios de prensa –sobre todo, las radios comerciales, cuyos propietarios, en su mayoría, son políticos– están insistiendo en la desmovilización. “Falta coordinar un poco mejor las acciones”, reflexiona Karina González, de la comunidad Santa Librada, “porque la gente está un poco dispersa, y si bien entiende que el Parlamento dio un golpe de Estado, cree que la manifestación debe concentrarse en un solo lugar, para unificar las acciones y para mayor visibilidad”.
Así y todo, en el segundo departamento del país, se congregaron alrededor de 6000 personas para reclamar la vuelta de la institucionalidad y el respeto a la voluntad popular.
En Calle 18, Arroyito –departamento de Concepción–, la dirigenta María Moreno, habló de una verdadera “fiesta del pueblo”, tras la movilización y el corte de la ruta V Bernardino Caballero. Allí se encontraron unas 1500 personas de diferentes distritos y se procedió a la desafiliación masiva de quienes estaban decepcionados de sus partidos (liberal y colorado), que fueron los que, en su mayoría, consumaron el golpe manoseando los preceptos constitucionales. Mujeres y hombres presentes coincidieron en el absoluto repudio al procedimiento que se llevó en el Senado contra el proceso de cambio en el país.
Por su parte, Magui Balbuena relató que en Caaguazú, a 150 Km. de Ciudad del Este, en la frontera con Brasil, 1500 manifestantes disconformes con el actual régimen cerraron la ruta a la altura del Km. 174. “Hay que contar al mundo que en Paraguay existe una fuerte resistencia a Federico Franco y a su séquito golpista, que nadie puede estar tranquilo cuando sabe que tan fácilmente, en solo un par de horas, se puede arrebatar la voluntad popular expresada en las urnas, bajo una total impunidad”, sugirió la dirigenta.
Conamuri acompaña el proceso de resistencia de nuestro pueblo y se articula con los diferentes movimientos y organizaciones sociales por la defensa y el retorno de la democracia, en estos duros momentos que nos toca vivir como sociedad.
Viernes, 29 de junio de 2012