Cuatro investigadores van cerrando en varios tomos la síntesis de lo que encuentran en las profundidades del Archivo Nacional, acerca de la educación del Paraguay inmersa en la historia de los tiempos. Esta es la segunda parte de una entrevista en la que conversamos con David Velázquez, uno de los cuatro historiadores que hacen equipo para desentrañar la relación entre “Educación y autoritarismo en el Paraguay (1869 – 2013)”. Este proyecto es ejecutado por el Servicio Paz y Justicia Paraguay, con apoyo de Diakonía.
Además de David, en el equipo están: Ignacio Telesca, Ana Barreto y Sandra Valdez. Del primer tomo de este trabajo nos habló. En mayo pasado publicábamos la primera parte de esta entrevista en que el periodista e investigador habla de los hallazagos en torno a una educación con influencias militares, de qué manera el militarismo controlaba el propio aparato estatal, los libros utilizados en décadas anteriores y el análisis de contenido de esos materiales educativos.
La investigación general pretende aportar al análisis de las relaciones históricas entre el autoritarismo (social, cultural, político) y la educación formal en el Paraguay, desde la postguerra de la Triple Alianza (1865 – 1870) hasta nuestros días. En esta parte, David Velázquez nos habla de los libros utilizados, el análisis de contenido, lo que dicen los libros acerca del ser niño, niña, mujer, varón, cuestiones que se han analizado en el primero tomo (1869 a 1930) pronto a ser publicado para el público en general.
Libros utilizados, análisis de contenido
En el caso de los libros de historia o geografía, David comentó que los primeros textos están dedicados a la formación política de un ciudadano antitiránico, pero como una expresión de rechazo a lo que fue el tiempo de los López y de Francia.
Otra cosa que se ve es que muchos son libros importados. De literatura, por ejemplo. No había libros propios entonces se traían de afuera y aparecían las fábulas que son de tipo moralizante con mensajes como el deber de los niños: quedarse callados, manifestar respeto, estudiar.
Las divisiones de género bien marcadas y la imágenes de niños aislados de su contexto, ejecutando tareas con las cuales muchos no se identificaban pues no se correspondía con su realidad.
Se usaban libros de geografía que se producían acá pero no solo esos, sino los que se traían de Argentina. De esto se desprende una anécdota notable. Encontraron que en exámenes y composiciones se pedía que hicieran una descripción de lo que es Buenos Aires.
Lo que dicen los libros de aquel entonces acerca del ser niño, niña, mujer, varón
David remarca en que con los libros de aquel entonces uno puede formarse una idea de los conceptos de niño y de mujer y de cómo iban cambiando a lo largo del tiempo y, por ende, el concepto de varón en cuyo caso, cómo va permaneciendo a lo largo del tiempo.
El niño era concebido como un adulto en potencia, pero no alguien con su propia identidad. David señaló que si bien es cierto que hay una fuerte influencia de Pestalozzi aquí (pedagogo suizo del siglo 19), los programas educativos igual tienden a ver al niño como adulto en potencia y entonces hay exigencias de sometimiento, disciplina.
Los reglamentos, por ejemplo, prohibían que los alumnos protestaran en masas, las protestas eran individuales y las decisiones del colegio era inapelables.
Luego pasa el tiempo y se vio que en el 19, después de la primera guerra mundial y como resultado de esta, aparece el niño como alguien que debe ser protegido, no como un sujeto de derechos sino como un objeto de protección. Recién allá por el 25, 30 comienzan a salir las primeras corrientes que empiezan a hablar del niño como alguien con una identidad propia y se trata el valor del juego, la moratoria, pero no es la corriente principal.
También es necesario señalar que la investigación muestra que si bien es cierto que hay un discurso que no es predominante, está muy lejos de ser un discurso único y sin contestación. Hay muchas contestaciones y también las rescatamos. Eso muestran los libros, cómo van cambiando su tono a medida que pasa el tiempo. Cómo de autores extranjeros se va pasando a autores nacionales. Y también cómo van mostrando la evolución del nacionalismo, de ese rechazo a López, los libros del 20 comienzan a tener una valoración más positiva de lo que fue el Paraguay de antes de la guerra, ya como resultado seguramente de debates políticos en otros ámbitos y no solo en el educativo.
Todo eso uno puede ver reflejado en los libros en la selección de las fechas importantes. Por ejemplo: en aquellos años el día del niño se festejaba el 13 de mayo. Hasta ahora no pudimos encontrar por qué pero hay una secuencia que es: 13 de mayo día del niño, 14 de mayo día de la patria y 15 de mayo día de la madre. Alguna lógica debe hacer detrás de esta secuencia de celebraciones que tienen que ver con nacimiento, vitalidad, maternidad y protección.
Recién en el 48 cambia el día del niño al 16 de agosto. Las fechas escolares, el calendario escolar, dicen mucho: qué cosas se recordaban, qué cosas no y a partir de qué año se recordaban ciertos eventos
Libros, objetos de trabajos, mapamundi, todo da cuenta de cómo eran los universos ideológicos de la educación en aquellos años.
Fuente: Serpaj – Py