JUSTICIA DEBE PREVALECER ANTE TODO
El derecho a la verdad y a un proceso justo fue lo que se les negó a campesinos detenidos, procesados y condenados por el caso Curuguaty, pero que finalmente la Corte Suprema de Justicia los liberó al encontrar que la investigación del Ministerio Público fue insuficiente para demostrar la responsabilidad de los mismos en los crímenes ocurridos el 15 de junio de 2012.
El máximo tribunal del país entendió que las pruebas de contra los campesinos por las muertes ocurridas en ese episodio carecieron de consistencia como para sostener la responsabilidad de los mismos en las muertes ocurridas en ese trágico suceso.
El desenlace de esta triste historia a la vez, confirma que en este caso y en su momento, una vez más la justicia fue instrumentalizada grosera e inmoralmente en beneficio de intereses políticos coyunturales, más concretamente como persecución política.
Más allá de todos los hechos que rodearon al caso, es llamativa la puntillosidad que la Fiscalía pretende aplicar ahora a este tema. Impulsó denuncias contra los camaristas que dictaron el fallo de la Corte Suprema de Justicia, cuando que en su momento el proceso de investigación careció de seriedad, de rigor científico, y lo más notorio fue que el Ministerio Público buscaba finiquitar cuanto antes el proceso sin importarles que personas inocentes fueran condenadas, tal como ocurrió.
Los hechos de junio de 2012 ocurrieron, las muertes de 11 campesinos y 6 policías sucedieron. La investigación fiscal careció de rigor científico desde el momento en que solo investigó a los campesinos, pero a quienes ultimaron a los 11 campesinos no se les investigó ni se les molestó. Más bien la Fiscalía actuaba con cierto sentido de encubrimiento del asesinato de los 11 campesinos.
En fin, la libertad de los campesinos que pagaron con sus huesos en las cárceles por varios años por crímenes no pudo demostrarse responsablemente, no debe ser una historia que ahí termina.
Debe llamar a reflexión al Ministerio Público sobre la actuación de sus agentes y rectificar lo que hicieron mal o lo que omitieron en el proceso, de modo que la justicia sea un instrumento de credibilidad y garantía para todos los habitantes de esta República.
Red Rural
Agosto de 2018