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Mujeres en busca de alternativas al actual modelo de desarrollo

Unas 170 mujeres de todo el país se reunieron en San Bernardino en el XIII Encuentro de mujeres activistas y líderes de la sociedad civil. Este año con el lema “Cuidar la tierra, cuidar la vida”, mujeres de 53 organizaciones del campo y la ciudad analizan y cuestionan el modelo de desarrollo y los efectos que éste tiene en sus comunidades, en sus vidas y las de sus familias.

El encuentro tuvo por objetivo reflexionar sobre el modelo de desarrollo, identificar e intercambiar experiencias y propuestas que traen las organizaciones para plantear un modelo de desarrollo que ponga en el centro no la depredación y acumulación sino el cuidado de las personas, la vida y la tierra. El encuentro fue organizado por el Centro de Documentación y Estudios (CDE)y la Articulación Feminista Marcosur (AFM) con el apoyo de la Unión Europea, ONU Mujeres, Diakonía, We Effect y  Friedrich-Ebert-Stiftung (FES)-Paraguay.

A continuación compartimos el pronunciamiento final del encuentro:

XIII Encuentro entre Mujeres Activistas y Líderes de la Sociedad Civil: Cuidar la vida, cuidar la tierra. Desafíos y propuestas para el Tekoporã “Nuestras vidas valen más que el capital”

Mujeres campesinas, indígenas, trabajadoras urbanas y rurales, en distintas etapas de nuestros ciclos vitales, de diferentes identidades de género y orientaciones sexuales y desde nuestras luchas diversas, reunidas en el XIII Encuentro entre mujeres activistas y lideresas de la sociedad civil:

DENUNCIAMOS el modelo agroexportador y extractivista que destruye nuestros bienes naturales, nos enferma e impide el pleno goce de nuestros derechos.

Este modelo, en nombre del desarrollo, depreda nuestra naturaleza, impacta en nuestros cuerpos y territorios envenenándolos, nos llena de dolores nuevos todos los días, nos aleja cada vez más de una alimentación saludable, nos expulsa de nuestros espacios de vida.

Los grandes capitalistas, buscando sus ganancias sin límites, acaban con nuestros bosques para expandir el agronegocio y la ganadería, fumigan nuestras comunidades y nos llenan de semillas transgénicas, privatizan nuestros cerros y territorios ancestrales indígenas para excavarlos buscando petróleo y minerales y arrojan materiales tóxicos a nuestros ríos y arroyos.

En nombre del “progreso” construyen gigantescos proyectos para expandir sus riquezas, aunque eso implique destruir nuestras vidas y nuestros espacios. Y con la excusa del “desarrollo”, instalan sus proyectos extractivistas en nuestras comunidades, sobre nuestros cuerpos, que consideran valen menos que los suyos. Nos desalojan del campo y también de las ciudades, donde intentamos encontrar lugares para nuestras familias, como sucede en los Bañados de Asunción.  Nos vuelven eternas migrantes. Nos convierten en sin tierras y sin techos.

Este modelo que solo sirve para la acumulación de unos pocos está matando las comunidades campesinas y a los pueblos indígenas. Para las mujeres del campo popular todo esto significa mayor dolor, mayores efectos sobre nuestra salud, mayor violencia sobre nuestros cuerpos de mujeres, niñas y adolescentes.

Los agrotóxicos y las semillas transgénicas nos causan alergias, cáncer, enfermedades de todo tipo, nuestros niños y niñas se alimentan mal, tienen enfermedades de la piel, nacen con malformaciones congénitas. Y el Estado, como respuesta, nos ofrece un sistema de salud que debería cuidarnos, pero al que incluso nos impiden acceder, y cuando accedemos no encontramos camas suficientes ni medicamentos, e incluso vivimos maltratos y violencia como la violencia obstétrica.

Nuestros cuerpos de mujeres populares están cada día más agredidos y violentados y nos expropian incluso de la posibilidad de decidir, porque el sistema educativo nos priva de educación sexual integral y hasta busca prohibirnos hablar de género, con la complicidad de las iglesias y de grupos fundamentalistas que se meten en las políticas públicas buscando frenar nuestros derechos.

Ante esto, las mujeres organizadas:

RESISTIMOS Y CONSTRUIMOS ALTERNATIVAS

  • Nos organizamos y salimos a las calles a luchar.
  • Plantamos nuestras huertas, trabajamos la tierra y producimos de forma agroecológica, hacemos ferias con nuestros productos, organizamos almacenes de consumo, nos cooperativizamos, intercambiamos semillas nativas.  Practicamos la minga y el jopoi, y nos aseguramos de alimentarnos con productos sanos.
  • Enmarcamos nuestro trabajo en la lucha por la soberanía de nuestra alimentación, de nuestros cuerpos y de nuestros territorios, porque sabemos que las luchas por la soberanía son claves para nuestra liberación.
  • Nos reconectamos con la naturaleza porque sabemos que no podemos vivir sin ella, y lideramos las luchas por el territorio, y por el cuidado de nuestros bienes naturales.
  • Debatimos y generamos procesos y pensamiento feminista y ecologista desde nuestras propias experiencias.
  • Nos comunicamos y buscamos participar políticamente.
  • Peleamos y logramos cambiar las leyes, como la Ley del Trabajo Doméstico y la igualdad salarial para las trabajadoras domésticas.
  • Trabajamos por la no discriminación.

EXIGIMOS a los responsables de dirigir nuestro país

El freno al modelo económico que nos está destruyendo, con políticas públicas firmes, que propicien la diversificación productiva, la soberanía alimentaria y la autonomía de nuestro país y de nuestro pueblo.

El impulso a la agricultura familiar campesina agroecológica, a las ferias y a los proyectos productivos dirigidos por mujeres campesinas e indígenas.

Reforma agraria que garantice la tierra y el apoyo a la producción, a la comercialización y a la industrialización de los productos.

El cese de la estigmatización y expulsión de las poblaciones de los Bañados de Asunción. Los proyectos de infraestructura deben ser construidos CON y PARA las y los bañadenses.

El cese de los desalojos de las comunidades indígenas y campesinas, y la generación de opciones de acceso a la tierra y a la vivienda para todas las personas.

La inversión en un sistema de salud que nos cuide, nos proteja y no nos violente, donde se brinden servicios de calidad y calidez, con pleno funcionamiento de las Unidades de Salud de las Familias.

Que se deje de normalizar en el país el embarazo de las niñas.

Una educación para la liberación y para los plenos derechos, con oportunidades para la población joven, adolescente, de niños y niñas, con formación adecuada en género, sexualidad y derechos, derogando la resolución ministerial que prohíbe la enseñanza de género en el sistema educativo.

Un sistema de cuidados que abarque a toda la población, en especial a los niños y a las niñas y a las personas adultas mayores y con discapacidad.

El respeto a los derechos de las trabajadoras y en especial a las trabajadoras domésticas, reglamentando como corresponde la ley que lograron con tanto esfuerzo.

Plena participación política de las mujeres.

El cese de la injerencia de las iglesias en las políticas públicas y de la discriminación que viven las personas por su identidad de género y orientación sexual. Basta de violencias hacia las mujeres trans y hacia las mujeres de la comunidad LGBTI! Basta de feminicios!

Y nos COMPROMETEMOS

A continuar debatiendo y formándonos.

A fortalecer nuestros intercambios.

A cuidarnos y confiar entre nosotras.

A recuperar nuestros saberes

A seguir articulándonos con toda nuestra diversidad y a construir alianzas para trabajar juntas por una sociedad con igualdad y justicia social.

#OrganizadasEnElKunu´uParaElTekopora

San Bernardino, 29 de noviembre y 1 de diciembre de 2019

Acerca Comunicación Pojoaju

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