Las organizaciones de derechos humanos, de víctimas de la dictadura, de luchadores y luchadoras/ contra la tiranía, nos dirigimos a la opinión pública para manifestar que una nueva conmemoración de la caída del régimen Stronista (1954-1989) debe fortalecernos en el camino de lucha por una auténtica democracia participativa y con dimensión social.
A la vez afirmar públicamente que la labor de miles de ciudadanos y ciudadanas a lo largo de más de tres décadas fueron determinantes, junto a otros factores, para la concreción del golpe cívico-militar que derrocó al dictador Alfredo Stroessner en febrero de 1989.
Innumerables eventos protagonizados por organizaciones de la sociedad civil como la Marcha del Silencio, las movilizaciones de las Ligas Agrarias Campesinas, las Asambleas de la Civilidad, las movilizaciones de Clínicas, el Encuentro de los Constructores de la Sociedad con el Papa, los mítines y marchas del movimiento obrero y de los partidos opositores, así como la Marcha por la Vida, fueron acciones que desgastaron al régimen desafiando el Estado de Sitio permanente y el Terrorismo de Estado.
Por todo esto, y hoy mas nunca, no puede dejarse de lado el protagonismo que a la hora de la verdad tuvieron numerosos luchadores y luchadoras quienes incluso pagaron con la cárcel sus ansias de libertad en nuestro país y en el exterior.
Al recordar otro año más, reafirmamos nuestro compromiso de luchar por el cumplimiento de las Recomendaciones del Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia que investigó los crímenes en dicho período. Las mismas apuntan a políticas de satisfacción, restitución, indemnización y rehabilitación de las víctimas, muchas de las cuales perdieron sus bienes y, lo que es más importante, su salud. En ésa misma línea recordar la deuda que tiene el Estado con las más de 400 desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente, cuyos familiares siguen esperando justicia. Y que se busquen e identifiquen los restos de los mismos. Esta deuda no debe persistir porque la impunidad subvierte y deteriora la integridad del Estado de Derecho
Así también una deuda que se prolonga por varios años es el nombramiento del nuevo Defensor del Pueblo, paso demorado por varios años. Al igual que una política de recuperación de bienes y tierras malhabidas durante el Stronismo, y el procesamiento de los represores por parte de la Fiscalía del Estado.
Asimismo, nos urge como sociedad aprender a abordar y resolver nuestros problemas sin recurrir a la violencia y en ese sentido no se debería seguir postergando la puesta en marcha de un Plan Nacional de Educación en Derechos Humanos.
Una fecha como la mencionada tiene que ser de reivindicación pública de luchadores y luchadoras y de las gestas sociales y políticas en ésos años.
Y de renovar nuestro compromiso con una democracia con equidad social y de no reivindicación del dictador y su régimen porque la negación de la memoria y de la historicidad crea sociedades que sostienen modelos criminales. La Mesa Memoria Histórica, la Mesa Nacional de Derechos Humanos y la Iniciativa No Permitamos la Reivindicación del Pasado Stronista, eligen ante esto una sociedad en cuyo centro se instale la dignidad de la persona.
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