Global Infancia y la Agencia Global de Noticias, en el marco de las últimas publicaciones y emisiones en medios masivos que involucran a la hija de 12 años de Lucía Sandoval, comparten las siguientes recomendaciones. Las mismas se basan en el marco legal vigente y buscan ser un aporte para un abordaje respetuoso e inspirado en el enfoque de derechos humanos, tanto para periodistas y medios de comunicación, como para la ciudadanía en general.
La Agencia Global de Noticias considera que un periodismo responsable y comprometido puede y debe generar una cobertura que, en el marco de la libertad de expresión propia de un Estado de derecho, no pierda de vista las restricciones que impone la legislación vigente para proteger otras garantías, como la integridad física y psicológica de las personas más vulnerables; como así también las consideraciones de tipo deontológico en que deben enmarcar las acciones de cualquier empresa o profesional socialmente responsable.
Efectivamente y tal como se establece en las convenciones internacionales y leyes nacionales, los niños, niñas y adolescentes -por su condición de sujetos en desarrollo, y por tanto, de mayor vulnerabilidad- cuando son protagonistas de una noticia deben gozar de una especial protección de parte de los medios de comunicación, aún cuando se trate de temas de interés público.
En este contexto, se sugiere a medios, periodistas y a la ciudadanía en general tener en cuenta los siguientes aspectos a la hora de abordar públicamente temas o situaciones que afectan a la niñez, especialmente en situaciones traumáticas y que pueden afectar su integridad y bienestar:
– Niños y niñas en primer lugar: En toda acción o circunstancia debe primar necesariamente lo que beneficie más al niño o niña (artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño).
– La dignidad humana ante todo: El abordaje público de situaciones que afectan a la niñez debe ser siempre acorde con el fomento de su sentido de dignidad y fortaleciendo el respeto de sus derechos como ser humano.
– Cuando la noticia se acaba: Preguntarse siempre que pasará con la vida del niño, niña y adolescente protagonista del hecho informativo como consecuencia del impacto de la exposición pública de la que es objeto. Evaluar el posible daño o impacto del contenido y enfoque utilizado es fundamental para proteger la dignidad y bienestar de los mismos.
– El interés público y no la morbosidad: al momento de exponer una situación que involucre a niños, niñas y adolescentes debe primar el concepto de “interés público”, tanto en el contenido como en el enfoque utilizado. Preguntarse si el contenido y enfoque informativo son o no de interés público, es una buena práctica ética que ayuda además a evitar el morbo.
– La voz de las y los protagonistas: la libertad de expresión y opinión está consagrada en diferentes instrumentos jurídicos internacionales y nacionales garantizando el derecho de niños, niñas y adolescentes a que se conozcan sus puntos de vista y que se tenga en cuenta su opinión, en función de su edad (artículo 12 CDN). En situaciones en que surgen como víctimas de violencia, sin embargo, debe considerarse su interés superior, evaluando la pertinencia de entrevistarlos y la posibilidad de una doble victimización al exponerlos a recordar y revivir desde el relato una situación traumática.
– Corroborar, contextualizar, diversificar, investigar: todas las premisas y recaudos que se deben tomar para lograr un abordaje serio, respetuoso, responsable y ético deben ser principalmente considerados cuando se refiere a niños, niñas y adolescentes que por estar en etapa de desarrollo son particularmente vulnerables a los efectos de la exposición mediática.
En este marco exhortamos a medios y periodistas a reflexionar y cuestionarse sobre los aspectos planteados ante situaciones informativas que puedan afectar el bienestar e integridad de niños, niñas y adolescentes.
El bienestar de los niños es el indicador fundamental de una sociedad sana.
Asunción, 29 de agosto de 2014
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