La Asociación de ONGs del Paraguay – POJOAJU participó del encuentro de representantes de la Sociedad Civil con el Secretario General de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-moon, durante su visita al país. Oscar Rivas, vocero en representación de POJOAJU, expresó cuanto sigue:
1. Estamos viviendo un proceso de desregulación y de mayor debilidad en las instituciones de gobierno. Nuestra línea de base hoy es reconstruir el Estado paraguayo a partir de la situación en que estábamos en los años 80. No obstante, hoy tenemos una ciudadanía más consciente, más despierta, la que fue construyendo e incorporando nuevas miradas, como una mayor profundización de expectativas democráticas; el patrimonio natural y cultural común como base del desarrollo; la sustentabilidad y la sed de justicia de las sociedades. Sin embargo, el país está en venta. Hay una pérdida gradual de soberanía sobre las instituciones, los territorios; los bienes comunes de la naturaleza y los servicios públicos.
2. Estamos embarcados en un claro proceso privatizador, una avalancha privatizadora basada en el desprestigio PREMEDITADO de la gestión pública. Los propios funcionarios actuales de alta gerencia son parte de determinados grupos del sector privado, generando en muchas ocasiones conflicto de intereses.
3. Hay un fuerte avance y desarrollo progresivo de descalificación del trabajo político y de la política en general, desde los sectores sociales y la ciudadanía, como estrategia para mantener el status quo. Se trata a la política como anatema, para evitar el ingreso de nuevos actores honestos a la arena política. Hay una construcción premeditada de opinión en la ciudadanía, de que la política está perdida, alejando a posibles nuevos actores políticos que beneficiarían a la democracia. La política misma está siendo privatizada, cierto sector empresarial está ubicando a sus referentes en los espacios de poder.
4. Se descree en el gobierno. La sociedad civil organizada no logra asumir aún un verdadero y fuerte protagonismo de oposición. El complejo de la ruptura institucional del golpe a la democracia ocurrido en junio del 2012 aún no fue totalmente superado.
5. Es más que necesario incentivar el compromiso del segmento joven, que es altamente mayoritario. Este sector está irrumpiendo con nuevos y buenos lideres en un proceso de elección de quienes determinarán el desarrollo de políticas que los beneficiarán al sector y a la sociedad en su conjunto. Debemos garantizar y alentar su participación y su acción, para evitar el arrebato de sus intereses y arrebato de su futuro. Si los jóvenes no participan activamente en los procesos políticos, solo heredarán deuda y destrucción.
6. Hay un proceso de persecución de la dirigencia de los actores que se animan a defender derechos. Este proceso se incentivó en el año 2014, profundizando el miedo, para evitar el protagonismo de los líderes sociales en la construcción de cambios. Necesitamos construir defensas.
7. Las reivindicaciones con respecto a la destrucción de la naturaleza, involucran a casos de expulsión y desalojos que generan refugiados ambientales. La destrucción de los ecosistemas resilientes generan refugiados climáticos. Son tres los elementos que aumentan la vulnerabilidad del Paraguay: somos un país con menor índice de desarrollo relativo, somos un país mediterráneo, estamos en una región subtropical y tropical. La resiliencia de las comunidades depende críticamente del aumento de los niveles de conservación y restauración de los ecosistemas claves, como los bosques y los humedales. Debemos estar alertas ante las falsas soluciones al cambio climático, en mitigación y adaptación.
8. Hay abuso de poder en la toma de decisiones. Estamos a merced de la discrecional decisión de las autoridades a favor de la destrucción y no de la sustentabilidad. Como ejemplos más graves, tenemos las licencias para la destrucción del hábitat del pueblo Ayoreo y de las diversas comunidades indígenas y campesinas; la injusticia tributaria. Se debe poner freno a los cultivos mega-empresariales ilegalmente implementados y que no contribuyen como debieran al fisco.
9. El Paraguay está desperdiciando la gran oportunidad que sus bienes naturales y culturales le brindan, como país en situaciones altamente ventajosas: agua, energía, mega-diversidad, producción de productos sanos de primera necesidad para el consumo humano. El gobierno está apostando a una economía de la autodestrucción con el espejismo del crecimiento sin desarrollo, sin distribución de las ganancias, aumentando la base de la pirámide con más pobres, aumentando las brechas, con el subsidio social y ecológico al tan mentado crecimiento.
10. El gobierno impulsa políticas sociales que prometen y no cumplen. Se apoya a los mega-acaparadores de los negocios, de las tierras y los cultivos. Se promueve el acaparamiento de ecosistemas prístinos. Se inviabiliza la producción de la agricultura familiar campesina.
11. Estamos presenciando la vuelta de la corrupción en su máxima expresión, en todos los sectores. Este proceso de retroceso político, institucional, social y ambiental está generando un estado de INSEGURIDAD, que está íntimamente asociado a la IMPUNIDAD de los infractores a las normas y salvaguardas.
12. En el año 2014 se evidenció que la administración de la justicia en el Paraguay está al servicio de pequeños sectores de poder. Los procedimientos y procesos, las resoluciones, el conjunto de herramientas judiciales, se utilizan contra los intereses de las mayorías, coartando procesos de reclamos legítimos.
13. Asimismo, se ve un proceso de desempoderamiento del poder municipal, que es la instancia más cercana entre el gobierno y los ciudadanos que los eligen. Los ciudadanos están siendo desplazados del proceso de toma de decisiones. Con esto, se produce un alarmante debilitamiento de la democracia.
14.Por otro lado, desde lo formal, aunque ha habido un mejoramiento del marco legal de acceso a la información pública, sin embargo, los procedimientos y las prácticas que impiden la vigencia de los derechos constitucionales de acceso siguen intactos. El ocultamiento de la información sigue vigente. Falta el cumplimiento del derecho a la Consulta, al consentimiento libre, previo e informado de los pueblos, a las audiencias públicas para los casos de impactos relevantes.
15. Debemos aumentar el poder ciudadano, profundizar la democracia y la justicia, en la gestión de los territorios y en la toma soberana de las decisiones sobre los intereses colectivos.
Asunción, 25 de febrero de 2015