Pojoaju Asociación de ONG's del Paraguay
Artículos relacionados
El Acuerdo de París fue adoptado el 11 de diciembre, entre muestras de júbilo y autocomplacencia de casi todos los Estados. Si bien reconocemos que haber alcanzado un acuerdo es una proeza considerable en sí misma, nos sigue preocupando que no se hayan tratado suficientemente medidas concretas para abordar las causas del cambio climático. El Acuerdo de París, pese a sus pronunciamientos históricos, está mal equipado para combatir de forma eficaz la magnitud de la crisis climática.
La Alianza de OSC para la Eficacia del Desarrollo (AOED) acoge con beneplácito los avances realizados en COP 21. En particular, nos congratula la promesa del Acuerdo de París de realizar un cambio hacia las energías renovables, a vías más limpias, y de asistir a los países en desarrollo en esta transición. El haber establecido el objetivo a largo plazo de subida por debajo de los 1,5 grados, en lugar del objetivo anterior de 2 grados, también es un desarrollo positivo. Reconocemos particularmente los esfuerzos del Acuerdo de París de poner los derechos humanos y a los países en desarrollo en el centro de la lucha contra el cambio climático. No obstante, la magnitud de las ambiciones y compromisos que expone el acuerdo se limita a su preámbulo.
En línea con el principio de sostenibilidad medioambiental que guía la labor de la AOED en materia de reforma de la cooperación al desarrollo, formulamos las preocupaciones siguientes:
1. Falta de ambición significativa y de cambio del paradigma imperante. Es para nosotros un motivo de honda preocupación que el Acuerdo de París no mencione las Responsabilidades Comunes pero Diferenciadas (CBDR, por sus siglas en inglés), una piedra angular de la Cumbre de Río de 1990 que llevó al establecimiento de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés). En términos más amplios, nos desconcierta que las soluciones acordadas operen con la misma arquitectura financiera y económica que nos ha llevado a este punto crítico en el frágil ecosistema de la Tierra. La ambición de París todavía no alcanza lo que la ciencia y la justicia requieren.
2. Simplificaciones y evitar responsabilidades intrínsecas. Asimismo, nos alarman profundamente otras cuestiones de importancia presentes en este acuerdo:
· En línea con la falta de cambio del paradigma, el crecimiento económico sigue siendo lo prioritario.
· Los objetivos de reducción de emisiones todavía permanecen bajo los auspicios de los Estados. Son libres de establecer sus propios objetivos respecto a sus propias condiciones definidas.[1] Por lo tanto, los mayores emisores siguen pudiendo eludir su compromiso de limitar sus emisiones y su responsabilidad histórica y actual en la lucha contra el cambio climático.
· La creación de mega presas y otros proyectos, aclamados en el Acuerdo, no solucionan las causas originarias del cambio climático sino que más bien sirven únicamente de parche para la herida. Estas medidas benefician principalmente al sector privado y a menudo ignoran los riesgos sociales y medioambientales que agudizan la vulnerabilidad.
· Las acciones que los países desarrollados establecen en el acuerdo son insuficientes. No honran a la magnitud y urgencia de la crisis climática. Al contrario, la trayectoria actual nos aboca a un futuro de calentamiento global de 3,5-3,7 grados, lo cual sigue siendo catastrófico.
3. No hay financiación adicional, sigue siendo voluntaria. El tan aclamado logro de movilizar 100.000 millones de dólares estadounidenses para los países en desarrollo antes de 2020, establecido por primera vez en Copenhague en el 2009, induce a engaño. Dicho compromiso sigue siendo voluntario. Este acuerdo no ha proporcionado ninguna financiación nueva o adicional. Peor aún, los países en desarrollo, ya de por sí muy presionados para lidiar con los crecientes impactos del cambio climático, se ven obligados a asumir la misma responsabilidad económica y al mismo nivel que los países ricos.
4. Falta de insumos de los más afectados por el Cambio Climático. Nos alarma que, pese a que la UNFCCC tiene una membresía casi universal, sus prácticas siguen limitando constantemente las voces de los países en desarrollo y la sociedad civil. A pesar de que la promesa de la conferencia de velar por incluir a todas las voces en la agenda, invitando a oradores que representan a actores no estatales del desarrollo como ONG y OSC, las decisiones críticas se siguieron tomando en grupos minilaterales. [2] Si la intención es que encontremos una solución duradera y eficaz para luchar contra el cambio climático, se debe consultar a las comunidades locales y otros afectados negativamente por esta crisis, con la sociedad civil como interlocutores de dichos grupos.
La AOED estima que el Acuerdo de París no debe tratarse como una solución independiente para combatir el cambio climático. Si bien ha aportado un acuerdo que el mundo necesita desesperadamente, todavía queda mucho trabajo por hacer. Incrementar todavía más los compromisos de la comunidad internacional es imprescindible si queremos evitar el catastrófico cambio climático y lograr mayor equidad.
Por nuestra parte, seguimos firmes en nuestro compromiso de monitorear las nuevas formas de financiación para el desarrollo, la reestructuración de la AOD y la financiación climática. Todos los países deben cumplir con su obligación de lograr una financiación responsable y adecuada para abordar los retos mundiales, incluyendo el cambio climático.
Si el mundo quiere realmente solucionar la crisis climática, la sociedad civil debe permanecer alerta y los países necesitan ir más allá de las medidas voluntarias que establece el Acuerdo de París para lograr una solución mundial significativa e integral.
Fuente: Alianza de OSC para la Eficacia del Desarrollo (AOED)
